jueves, 28 de julio de 2016

UN SANTUARIO EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Por Eiden Armando Constantino Mendoza 


Iniciando desde la desembocadura del Río Hondo, frontera natural con el país vecino de Belice hasta su final directo con el Canal de Zaragoza, alimentándose de las aguas del mar caribe; la Bahía de Chetumal reside en un paisaje emblemático de misterio y tradición en sus aguas. Declarada como el Santuario del Manatí desde 1996, la Bahía de Chetumal protege tanto a la ciudad por la que lleva su nombre y a su fauna acuática que habita en ella; pero esto se ha visto amenazado por un mal que la acecha día a día y que poco a poco ha ido mermando su pureza, la contaminación en sus aguas pone en peligro la belleza natural de este santuario.
A finales del siglo XV, cuando lo españoles arribaron a las costas mexicanas por el mar caribe y se asentaron en el territorio maya, creyeron haber avistado a los místicos seres llamados sirenas; pero lo que en realidad encontraron fue a un mamífero marino que durante cientos de millones de años ha habitado en las aguas del territorio; y que actualmente es considerado un símbolo emblemático de la cultura chetumaleña. Aun cuando este mamífero ha sido declarado como animal protegido por la Ley protección de mamíferos marinos de 1972 y por la NOM-059-SEMARNAT-2010, el colegio de la Frontera Sur y la Universidad de Quintana Roo, con base en los estudios realizados en 2007 por La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los manatíes han sido catalogados como una especie en peligro de extinción debido a los altos niveles de contaminación en las aguas del Río Hondo y por consiguiente en las aguas de la Bahía de Chetumal.
 Las aguas que alimentan a la Bahía transitan por la mayoría de los poblados de la Rivera del Río Hondo, en los cuales los pobladores usan el agua para sus cultivos y para la crianza de su ganado. Estas actividades tienen como consecuencia la filtración en el agua de los residuos tóxicos de los plaguicidas así como también de las fosas sépticas y de desechos, que hacen un recorrido por el río hasta terminar en la Bahía; lo que aumenta los niveles de contaminación ya existentes en ella.
Si a esto se le suma la contaminación por la actividad local y turística, se presenta un problema más grande. Cada tarde, centenas se reúnen a lo largo de todo el boulevard Bahía a pasar la tarde en familia; conviviendo y visitando los puntos turísticos en la zona; la explanada de la bandera, la fuente del pescador, punta estrella, la concha acuática cerca del faro, en el balneario “Dos Mulas”, el parque cerca del puente colgante, y los puntos de reunión frente a las instalaciones de la Universidad de Quintana Roo; son solo algunos de los sitios en donde las familias chetumaleñas se reúnen a pasar momentos de unión y recreación.
Esta sana y no tan sana convivencia trae consigo la producción de basura, las cuales son olvidadas en banquetas, en la calle y muchas veces es lanzada al agua de la bahía. Aun cuando las autoridades exhortan a la población a cumplir con todas las normas de limpieza, los chetumaleños parecen olvidar que la contaminación que ellos mismos provocan es lo que afecta al entorno ecológico de nuestra Bahía y además dañan la imagen de la ciudad. 
Ya es costumbre diaria para los chetumaleños recorrer los más de 10 kilómetros de su bulevar mientras comen sus ya tradicionales marquesitas, churros y elotes, sus enormes platos de salchichas con papas fritas, mientras disfrutan de un machacado o beben refrescos y alguna que otra bebida alcohólica. Aun cuando existan contenedores de basura a lo largo de toda la extensión del boulevard, es fácil para algunas personas no hacer uso de estos y su basura termina en el suelo y posteriormente en el agua, afectando y ensuciando el paisaje chetumaleño.  

Se han hecho remodelaciones en la infraestructura de toda la vía terrestre del boulevard. Se han instalado bancas para que las familias tengan más lugares en los cuales sentarse a disfrutar de una tarde tranquila o de una mañana prometedora. En estos nuevos paradores se han colocado más contenedores de basura; pero estos parecen no ser suficientes para la demanda de basura, creada por los visitantes en la zona.
Aunque claro, no sólo es la basura de las personas que transitan diariamente por la zona, sino también de los residuos que por medio del drenaje son lanzados a la Bahía. De acuerdo con el censo poblacional realizado en 2010 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía y con las cifras estimadas de la página Population.city, son cerca de 169, 700 habitantes en la ciudad de Chetumal para el 2014, por lo que no es raro suponer que tantas personas producen toneladas de basura diariamente; por lo que hablar de residuos pluviales y sanitarios, es mencionar un alto nivel de contaminación en los drenajes mismos que terminan en la bahía. 

De acuerdo con una publicación hecha por el diario Luces del Siglo en marzo de este año, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Departamento de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de Quintana Roo y del Departamento de Química de la Universidad de la Habana, desde 2004 se ha tenido conocimiento  de los grandes problemas de contaminación en las aguas chetumaleñas y afirman que desde 1996 se han tenido avistamientos de más de 20,000 bagres muertos en las orillas de la bahía; mismos que se agregan a las apariciones de otros animales muertes como delfines, tiburones tigre y manatíes. Aunado a los altos índices de contaminación en las aguas, la temperatura media anual de la Bahía es de 26.5 °C, las cuales se registran en altos niveles entre los meses de junio y agosto, han ocasionado la muerte de estas especies

Una de las mayores actividades de comercio local en la ciudad es la pesca, la cual se ha visto afectada por estos niveles de contaminación en las aguas. Estudios realizados por personal del Departamento de Ciencias e Ingenierías de la Universidad de Quintana Roo, demostraron que en diversas zonas de la Bahía se han encontrado altos niveles de concentración de metales, por lo que los peces que son capturados para la ingesta también muestran signos de afectación por estos contaminantes, a lo que lleva al desechado de los mismos por ser tóxicos para la salud de las personas, lo cual conlleva a una afectación económica.
En referencia a la información publicada en la página Impulso Quintana Roo, se sabe qué el drenaje sanitario de alto vacío, en el primer cuadro de la ciudad, continúa recibiendo las descargas de aguas residuales y de los servicios sanitarios de alrededor de 3 mil domicilios en el subsuelo chetumaleño. Estas descargas viajan directamente hacia el manto freático y toman dirección a la bahía de Chetumal, Santuario del Manatí, y con acceso a más de 40 balnearios en la propia Chetumal, Calderitas y Luis Echeverría.
Es común que se escuche a los chetumaleños decir “si nadas en las aguas de la bahía es muy probable que termines con una extremidad de más”; esto solo demuestra el grado de afectación a la que se enfrentan sus casi 100 kilómetros de longitud. En nosotros está, como ciudadanos, turistas y autoridades, la conservación de nuestra hermosa bahía; debemos de hacer crecer la conciencia de la limpieza en las áreas de la Bahía de Chetumal; hacer programas de tratamiento de las aguas residuales para que los niveles de contaminación en las aguas disminuya, para que así no continúe el riesgo de que la zona deje de ser un santuario protegido. 






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