Por: Nancy Casanova López
Ser
ético implica una gran responsabilidad como una persona que es integrante de
una sociedad, para poder ser capaces de analizar nuestras acciones tenemos que
ser éticos; diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal en nosotros
como personas, en los individuos que nos rodean y en la sociedad a la que
pertenecemos, es lo que hace a la ética una rama filosófica, la cual se integra
a los momentos profesionales y personales de cada individuo.
Hay
que comprender perfectamente el término “Ética” para que de esta manera se
pueda descifrar como se aplicara para cada ámbito de nuestra vida. La Real
Academia Española (RAE) define a la ética como el conjunto de normas morales
que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida. Derivada de
la ética tenemos a la “ética profesional”, el cual es la encargada de la delimitación de todas y cada una de las pautas y
valores en el desarrollo laboral; estos valores universales son los que se ven
desarrollados en el entorno en el que dedicamos nuestra vida profesional. Hay que ser conscientes de que aun cuando los
valores son universales, algunos difieren dependiendo la actividad laboral que
se realice.
Como
aspirantes a periodistas estamos aún más comprometidos a ser personas
íntegramente éticos, ya que tenemos una responsabilidad más arraigada para con
la sociedad. Deborah Potter nos dice en su libro “Manual de Periodismo
Independiente”, que la responsabilidad fundamental de los periodistas en una
sociedad libre es informar, comunicar las noticias con precisión e
imparcialidad, es decir, ejercer el periodismo ético. Desarrollar la técnica
del periodismo ético consiste más que nada en compartir la información
confiable, fidedigna y real de un hecho del cual se esté informando; esto con
el fin de crear y fomentar la credibilidad del mismo periodista.
Como
en toda profesión, el periodista se enfrenta a problemas éticos en el
desarrollo de su carrera; estos problemas van desde bloqueos informativos por
diferencias culturales o de pensamiento hasta la tentación de robar información
previamente publicada por otra persona; estos dilemas éticos, como Deborah
Potter los cataloga, son atendidos desde lo más alto de la jerarquía en una
sala de redacción: cada vez que se presenta un predicamento o un dilema, uno de
los altos dirigentes decide qué se debe hacer; por lo que en esta decisión
recae completamente la integridad y honestidad de un grupo periodístico el cual
debe de verse regido por un código de ética.
Claude-Jean
Bertrand, profesor del Instituto de la Prensa Francesa en la Universidad de
París, afirma que el código de ética contiene los valores fundamentales como el
respeto a la vida y a la solidaridad humana; las prohibiciones fundamentales
tales como el no mentir, no causar daño innecesario ni de adueñarse de la
propiedad de otra persona; y por último, los principios periodísticos como la
precisión, imparcialidad e independencia; mismos que deben ser de carácter
voluntario, pero que deben de acatarse para el bien común tanto de los
informantes como de los que reciben la información.
Junto
a los códigos de ética podemos encontrar a los códigos de conducta, en el caso
de los periodistas estos códigos les señalan las acciones o las actividades que
pueden realizar en el cumplimiento de informar un hecho, pero también señalan
las conductas que están totalmente prohibidas para un periodista. Estas
acciones están condicionadas a la aprobación de la direcciones de una sala de
prensa, misma que hará valer los códigos de conducta y de ética para que la imagen
general de sus periodistas no se vea afectada por acciones incorrectas a la
hora de informar.
Su
principal objetivo es proteger la credibilidad del reportero, de la sala de
prensa o periódico al que pertenezca y del mismo gremio comunicativo; Estos
códigos de conducta difieren dependiendo de los estatutos marcados en las
diferentes ramas de la comunicación asi como también pueden diferir dependiendo
del medio de comunicación.
La
toma de decisiones de un medio periodístico siempre se verá influenciado por
las normas de la comunidad a la cual estén dirigidos; un medio de comunicación
debe siempre tomar en cuenta la opinión de su público, respetar sus valores y
costumbres; y por sobre todo, cuidar la manera y tono en el cual expresa sus
palabras.
Otros
de los valores que se tienen que tomar en consideración para poder ser un buen
periodista son el respeto, la tolerancia y la imparcialidad; mismos que a la
hora de redactar una nota deben verse reflejados para que asi no se cometa
alguna falta hacia la comunidad. El jefe en turno del medio de comunicación
será el encargado de reforzar el contexto de la información proporcionada al público
mediante un nota, en la que se explique más a fondo el contexto de la historia;
esto se realiza cuando se genera alguna inconformidad por parte de la
ciudadanía.
El
artículo 19 de la Carta de las Naciones Unidas, que dice así que “toda persona
tiene derecho de opinar y expresarse libremente; ese derecho incluye la
libertad de exponer sus opiniones sin intromisiones y buscar, recibir e
impartir información e ideas en cualquier medio disponible y sin considerar las
fronteras.”. Aun cuando se crea que se es libre de expresar una opinión
respecto a un tema o de informar libremente sobre un suceso, se tiene la
obligación tanto moral como legal de respetar todos y cada uno de los términos
legales impuestos por una ciudad, estado, país o nación.
Las
leyes de información y de libre prensa llegan a diferir de un país a otro, por
lo cual hay que ser congruentes a la hora de traspasar las fronteras
informativas, esto con el fin de respetar a todas las comunidades sociales que
reciben información. Ser periodista implica más que solo informar, hay que ser
comprensivos, realistas, objetivos, respetuosos, cordiales, íntegros, y ser
capaces de transmitir no solo la información sino también de transmitir una
imagen a nuestro receptor.
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